Tras el emotivo discurso de Jesús Vidal, la primera persona con discapacidad visual en ganar un premio Goya por una interpretación en la película “Campeones”, han sido muchas las publicaciones que han repetido las tres palabras que encabezan el título de esta entrada del blog (podéis ver el discurso entero en este enlace).
De las tres, hoy os queremos hablar de la tercera, la visibilidad, porque para seguir avanzando en una sociedad inclusiva, que acepte la diversidad como parte natural de la misma, antes ésta tiene que ser visible, pero ¿visible para qué?
La visibilidad que se reclama desde el colectivo de personas con discapacidad no es simplemente que “se nos vea”, que aparezcamos en los medios o en las noticias, que recibamos premios, sino que se trata de que la situación de las personas con discapacidad sea comprensible para todos, y para eso hay que acompañarla también de información.
Y hay que acompañar esa visibilidad de información para que la sociedad sea consciente y comprenda que la atención a las personas con discapacidad no es una cuestión de caridad ni de ideología sino una cuestión de derechos, como los tiene cualquier persona por su condición de tal.
En nuestro caso, y para que se entienda: Los niños con discapacidad no son un problema, lo que es un problema son las barreras a las que se enfrentan, y ese, la eliminación de las barreras no es “su problema” (que nuestros hijos/as ya tienen bastante con los propios), sino “nuestro problema como sociedad” para incluirlos en plenitud de derechos.
La visibilidad, por tanto, no tiene como objetivo que se haga “visible” lo que ya sabemos todos, que existen niños y niñas con discapacidad, ni para que los políticos, que se emocionan con el discurso de Jesús Vidal, al día siguiente nos vuelvan a olvidar, sino como un primer paso para que todos, como sociedad, lleguemos a comprender la realidad de la infancia con discapacidad y poner los medios necesarios para respetar sus derechos.
Y para comprender esa realidad hay que añadir información para hacer visibles también cuáles son esas barreras, tanto las visibles por todos (nuestras respectivas “etiquetas” por tipos de discapacidad), pero especialmente las barreras invisibles a las que se enfrentan nuestros hijos/as.
Y ahí también podemos hacer algo las madres y los padres, explicando cuáles son esas barreras INVISIBLES, que parten todas del mismo lugar, del desconocimiento, y para poner nuestra parte de información, nos vamos a servir de dos ejemplos.
El primer ejemplo parte de la combinación del artículo “cualidades del empleado perfecto” de Addeco (que podéis leer aquí), con la excelente campaña de COCEMFE, bajo el lema “Dale la vuelta”, en la que se propone a las empresas “dar la vuelta” a la idea que tienen acerca de la discapacidad y ver más allá de las etiquetas, con ejemplos concretos: detrás de la etiqueta “Lesión medular”, hay una persona con “eficiencia y motivación”, porque sí, porque es evidente que “Si solo te fijas en la discapacidad física y orgánica, te perderás todo lo que hay detrás”.
Los que conocemos de cerca de las personas con discapacidad (en nuestro caso nuestros hijos/as), sabemos que reúnen todas esas cualidades del “empleado perfecto”, son personas comprometidas, implicadas, motivadas, que se esfuerzan constantemente, responsables, productivos, saben adaptarse, son positivos y con altísima inteligencia emocional y empatía, y una enorme pasión por todo lo que hacen.
¿Qué hace falta para que las empresas se fijen en esos valores y no en la etiqueta de la discapacidad? Quizá solo más información y campañas como la de Cocemfe y que todos, desde nuestras respectivas posiciones, compartamos y hagamos visible esa realidad, con toda la información y más allá de las etiquetas.
Y el segundo ejemplo es nuestro programa de préstamo gratuito de flautas adaptadas, porque quizá la gente no sepa el enorme esfuerzo que representa aprender a tocar un instrumento de esas características, como podéis ver en este video con las instrucciones de Irene Rivas.
Nuestros hijos/as ya están dispuestos a hacer ese esfuerzo adicional, pero quizá no todos/as tengan acceso a este tipo de instrumentos que nos permiten, como sociedad, derribar barreras de acceso que no tienen sus compañeros de clase para estar en igualdad de condiciones.
La visibilidad, en suma, va mucho más allá de que se nos vea, también queremos que se nos mire, que se comparta también la información necesaria para se comprenda la realidad de nuestros hijos/as, que se les valore por lo que son y por lo que pueden aportar a la sociedad, en la que tienen derecho a participar en igualdad de condiciones
Las madres y los padres de niños y niñas con discapacidad os pedimos que seamos capaces de trabajar juntos para eliminar esas barreras, también las no visibles, que impiden que los demás puedan ver en las personas con discapacidad esos valores que hacen de ellos un activo muy importante para las empresas y para la sociedad en general.
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